martes, 23 de abril de 2024

LENIN

 

Este artículo que le entregamos hoy sobre el gran revolucionario Lenin y su compañera Nadiezhda Krupskaia fue escrito por el Historiador Iván Ljubetic Vargas, asiduo colaborador del Boletín Rojo.

 

 

En el 154 natalicio de Lenin:

 

LENIN Y NADIEZHDA KRUPSKAYA: EJEMPLOS DE  REVOLUCIONARIOS                           

 

 

                                   En el otoño de 1918 Máximo Gorki preguntó

                                   al obrero  Demetrio Pávlov  cuál  era   a su

                                   ver el rasgo más  sobresaliente  de   Lenin.

                                   Éste respondió:

                                   “Su sencillez. Es sencillo como la verdad”

 

 

 

 


 

SUS COMIENZOS 

Vladimir Ilich Ulianov, Lenin, nació en la ciudad de Simbirk el 22 de abril de 1870. Su padre, Ilya, era profesor y llegó a ser director de la enseñanza primaria de la provincia de Simbirk. Su madre se llamaba María Blank.

 

Eran seis hermanos. El mayor de ellos,  Alejandro, participó en un atentado terrorista contra el zar Alejandro III en marzo de 1887. El zar sobrevivió, pero los participantes en la acción fueron fusilados el 5 de mayo de ese año.  Vladimir quería mucho a su hermano Alejandro. Su muerte significó un  duro golpe para él.  Pero expresó en esos terribles momentos: “Nosotros iremos por otro camino”. 

Y así fue. El 4 de  diciembre de 1887, Lenin encabezó, una huelga de estudiantes en la Universidad de Kazán. Cumplía los 17 años y ocho meses. Fue detenido, expulsado de la Universidad y relegado a la ciudad de Kokuchkino.

 

SE INICIA EN  LA LUCHA REVOLUCIONARIA 

En 1888 comenzó su labor revolucionaria. Tenía 18 años de edad. Se incorporó a un círculo marxista. Sufrió la persecución de la policía zarista.  Lo detuvieron enviaron a la cárcel y luego fue  desterrado a Siberia Oriental entre 1896 y 1899. Allí conoció a quien sería  su compañera de toda la vida Nadiezhda Krupskaia.


En 1900 Lenin salió al exilio. En el extranjero  trabajó organizando el Partido y creando las condiciones para la  fundación de un periódico revolucionario. El primer número de éste,  con nombre  Iskra  (La Chispa),  apareció el 24 de diciembre de 1900. Llegaba  el Iskra a muchos puntos de Rusia, gracias a una red de agentes que el propio Lenin organizó antes de salir del país. Permaneció en Zurich (Suiza) y Múnich (Alemania).

 

De 1901 a 1905 Nadiezhda vivió junto a Lenin en Alemania, Gran Bretaña y Suiza participando activamente en el movimiento revolucionario y publicando los periódicos Iskra and Vperyod.


“¿QUÉ HACER?” 

A fines de 1901 y comienzos de 1902  Lenin escribió  “¿Qué hacer? Problemas candentes de nuestro movimiento”. Apareció en Stuttgart, a comienzos de marzo de 1902. 

Tiene el siguiente  epígrafe: “… La lucha interna da al partido fuerzas y vitalidad: la prueba más grande de la debilidad de un partido es la amorfía y la ausencia de fronteras bien delimitadas; el partido se fortalece depurándose…” (De una carta de Lasalle  a Marx, 24 de junio de 1852)

 

Este  libro desempeñó un papel relevante en la creación de un partido marxista revolucionario de la clase obrera de Rusia. 

En 1902 – 1903 fue difundido ampliamente en las organizaciones socialdemócratas En Kiev, Moscú, Petersburgo, Nizhni Nóvgorod, Kazán, Odesa y otras ciudades. 

 

“UN PASO ADELANTE, DOS PASOS ATRÁS” 

En 1903 organizo y tomó parte en el II Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR), que se efectuó entre el 17  julio al  10 de agosto de 1903, primero con sede en Bruselas (Bélgica) y  luego en Londres. En su desarrollo se produjo la división entre mencheviques (corriente oportunista) y bolcheviques (revolucionarios), estos últimos encabezados por Lenin. Ese año de 1903, es  la fecha fundacional del Partido Comunista de Rusia.

 

En febrero-mayo de 1904, escribió Lenin su obra “Un paso adelante, dos pasos atrás (una crisis en nuestro Partido)” Este libro es uno de los tesoros del marxismo-leninismo. En él  se refiere Lenin en detalle  a los hechos ocurridos en el II Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR).


SOBRE EL ARTÍCULO 1º DE LOS ESTATUTOS 

Este Congreso aprobó un Programa revolucionario y los Estatutos elaborados por Lenin, con la sola excepción del   punto o artículo  primero, en que los oportunistas en cuestiones de organización lograron que se aprobara el proyecto formulado por Mártov.

 

El punto uno de Martov señalaba: “Se considerará perteneciente al Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia a todo el que, aceptando su Programa, trabaje activamente para llevar a la práctica sus tareas bajo el control y dirección de los órganos del partido”. 

Comenta Lenin: “La idea del artículo primero de Martov sólo aparece al plantearse la cuestión de si pueden los órganos del partido llevar a la práctica su dirección respecto a aquellos miembros de este que no forman parte de ninguna de las organizaciones del partido”.

 

La proposición del artículo primero de Lenin (que fue aprobado después en el III Congreso del POSDR realizado en 1905) señala: “Se considerará miembro del Partido todo el que acepte su Programa y apoye al Partido tanto con recursos materiales, como con su participación personal en una de las organizaciones de este”

 

Refiriéndose siempre al artículo primero de los Estatutos, Lenin escribió en la obra ya citada: “Cuanto más fuertes sean nuestras organizaciones del Partido, integradas por socialdemócratas efectivos, cuanto menos vacilación  e inconstancia haya dentro del Partido, tanto más amplia y polifacética, tanto más rica y fructuosa será influencia del Partido en los elementos de las masas obreras que lo rodean y que él dirige. Porque, en verdad, no se puede confundir al Partido como destacamento de vanguardia de la clase obrera con toda la clase” (Los subrayados son de Lenin).

  

LAS “TESIS DE ABRIL”

Entre  noviembre de 1905 y enero de 1908  permaneció en la patria, donde actuó clandestinamente. Salió de nuevo al exilio. En Ginebra (Suiza) logró que se reanudara la publicación de Iskra. 

El 15 de marzo de 1917 conoció  la noticia de la Revolución  Rusa de Febrero. A fines de marzo, junto con otros 31 bolcheviques, partieron  desde Suiza hacia la patria. Llegaron  a Rusia el 3 de abril de 1917. Al día siguiente elaboró sus “Tesis de Abril”, donde planteó la transformación de Revolución Democrático-burguesa en Socialista, a través de la conquista de los soviets. O sea, por una vía pacífica. 

Pero en junio, el Gobierno Provisional de Kerenski desató una sangrienta represión contra los bolcheviques. Lenin debió ocultarse en Finlandia.

 

DESDE FINLANDIA 

En julio-agosto de 1917, el Sexto Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia aprobó la tesis de Lenin de la insurrección armada inmediata, pero eligió un Comité Central, en que la mayoría de sus miembros estaban  contra esa línea.

 

En agosto de 1917, los bolcheviques conquistaron los soviets de Petrogrado y Moscú. 

En septiembre, Lenin, escribió desde Finlandia varias cartas al Comité Central, exigiendo el cumplimiento de lo acordado en el Sexto Congreso. No recibió respuesta alguna sobre el tema, pero le ordenaron que, por “razones de seguridad” debiera permanecer en Finlandia 

Lenin seguía desde lejos los acontecimientos en un estado febril. El Comité Central no lo autorizaba retornar a Rusia por razones de seguridad. 

Escribía cartas y documentos que enviaba al Comité Central, que ni siquiera eran discutidos. Cuando eran conocidos en las reuniones, no había pronunciamiento alguno. 

Lenin insistía: “Los bolcheviques deben tomarse el poder”. “La demora se convierte absolutamente en un crimen”... “Hay que ir a la insurrección inmediatamente”. 

No tenía respuesta alguna. También planteó la necesidad de retornar a San Petersburgo. El Comité Central se lo prohibió.


 

RETORNA A RUSIA 

Lenin desobedeció la arbitraria orden del Comité Central. Arriesgando ser detenido por la policía de Kerenski, ayudado por Rahia, un fiel amigo, y otro bolchevique, cruzó clandestinamente la frontera, ingresando a Rusia el 2 de octubre.

 

Nadezda Krupskaia, su compañera, le buscó un  refugio seguro, desde donde escribió varios documentos. En uno de ellos planteó: “La revolución está perdida si el gobierno de Kerensky no es derribado en el futuro próximo”. 

Por fin se reunió con el Comité Central el 10 de octubre. Logró que se aprobara una nueva resolución sobre la insurrección armada, pero sin especificar fecha ni detalles.

  

Comprendió que debía  recurrir a las bases del Partido. 

Con ese fin participó en una Conferencia del Comité Central con representantes de las organizaciones  bolcheviques de San Petersburgo. Asistieron 24 dirigentes, de los cuales sólo 9 eran del Comité Central.


La Conferencia aprobó la preparación inmediata de la insurrección por 19 votos, contra 2 y 3 abstenciones. 

El 21 de octubre se reunió con los dirigentes de  San Petersburgo. Allí planteó: “la insurrección debe llevarse a cabo el 25; el 24 sería prematuro y el 26 muy tarde”.

 

LA GENIALIDAD DE UN LÍDER 

En el Instituto Smolny se vivían horas agitadas. Ahí estaba el centro revolucionario. Lenin planteó al Comité Central la necesidad de estar allí presente. 

Se lo prohibieron. Al caer la noche del 24 de octubre, 

Lenin decidió trasladarse clandestinamente al Smolny y tomar en sus manos la dirección de la insurrección.

 

Disfrazado y acompañado del camarada  Rahia, luego de caminar varias horas, llegó poco antes de la medianoche al Smolny. No se dirigió a la sala donde sesionaba el Comité Central. Envió a Rahia a buscar a Stalin 

Ambos se reunieron en una sala vacía y pusieron en marcha a las fuerzas insurreccionales que tenía listas el Comité Militar Revolucionario, pero que  no se atrevía a lanzar todavía a la toma del poder.

Lenin convocó a los jefes militares de fábricas y regimientos. Decenas de motociclistas se lanzaron hacia los suburbios... 


A partir de la una de la madrugada del 25 de octubre, destacamentos de soldados salieron de los cuarteles; grupos de obreros armados abandonaron las fábricas. Iban a apoderarse de los puentes, las estaciones ferroviarias, los edificios públicos...                    

 

“LA REVOLUCIÓN SE HA REALIZADO...” 

Eran las 14 horas y 35 minutos del 25 de octubre de 1917. Se inició la sesión extraordinaria del Soviet de San Petersburgo. Presidía León Trotski, que anunció a Lenin. Cuando la tempestuosa ovación se calmó, éste dijo:


“Camaradas: la revolución obrera y campesina, de cuya necesidad han hablado los bolcheviques, se ha realizado...”


A las 22,45 de ese mismo día 25 de octubre, se inició el Segundo Congreso de los Soviets de toda Rusia. Hubo acaloradas discusiones. Se eligió un nuevo comité ejecutivo para reemplazar al elegido en el  Primer Congreso, efectuado en junio, en que tenían mayoría los eseristas (social-revolucionarios) y los mencheviques. Ahora ganaron los bolcheviques. Obtuvieron 14 miembros del consejo contra 11.


Eran las 3 horas y 10 minutos de la madrugada del 26 de octubre, cuando el presidente del Congreso anunció que el Palacio de Invierno acababa de ser tomado por los revolucionarios. 

Había triunfado la revolución socialista en Rusia.  Según el moderno calendario, esa gloriosa fecha corresponde al 7 de noviembre de 1917.

 

A LA CABEZA DEL PRIMER ESTADO SOCIALISTA 

En medio de difíciles condiciones, el Gobierno de obreros y campesinos, dirigido por Lenin logró vencer la contrarrevolución interna y la intervención de 14 países. 

El  Séptimo Congreso, 26 de marzo de 1918, cambió el nombre del partido por Partido Comunista de Rusia, reconociendo 1903 como su año de fundación. 

Con la llegada al poder del partido soviético en Rusia en 1917, Nadiezhda Krupskaia fue nombrada Comisaria de Educación tomando entonces parte activa en la preparación de las leyes educativas, en las actividades encaminadas a luchar contra el analfabetismo, en la organización del sistema de escuelas ruso y en el establecimiento de fundaciones culturales para conseguir una sociedad nueva. 

Fue editora de un gran número de publicaciones: Educación Pública, Escuela para adultos... 

Dedicó mucho tiempo al mundo de la Biblioteconomía siendo además una experta conocedora de la Bibliografía rusa y de las Bibliotecas de la Europa Occidental mostrando, por otro lado, especial interés en las bibliotecas norteamericanas. 

Tomó parte en la redacción de la legislación sobre bibliotecas rusas incluido el Decreto sobre la Centralización de estas. 

Las conferencias y reuniones más significativas realizadas en el campo de la Biblioteconomía fueron realizadas bajo su supervisión. Krupskaya dio múltiples conferencias sobre la distribución de libros, los problemas en el campo de la ciencia bibliotecaria o la Biblioteconomía, escribiendo además numerables artículos sobre estos temas.

 

ATENTADO CONTRA LENIN 

El viernes 30 de agosto de 1918, Lenin habló en un mitin en una fábrica de Moscú. Finalizado el acto se dirigió al auto que lo esperaba para conducirlo a la  reunión del Consejo de Comisarios del Pueblo, que debía iniciarse a las 21 horas. Caminaba rodeado por una multitud. De pronto una mujer -miembro de un grupo terrorista de los eseristas- le disparó tres balazos, dos de los cuales lo hirieron gravemente. Una le penetró en el tórax comprometiendo la parte superior del pulmón izquierdo; la otra, se le alojó en el cuello muy cerca de la espina dorsal. 

Se recuperó. El 18 de septiembre participó en la reunión del Consejo de Comisarios del Pueblo. Pero su salud comenzó a empeorar. 

Desde 1922  la salud de Lenin era muy precaria. El intolerable estrés de encabezar la revolución, la guerra civil y la construcción de una nueva sociedad, le afectó seriamente. A esto hay agregar las secuelas del atentado de 1918,  pues debió vivir con una bala en el cuello, peligrosamente cerca de la espina dorsal.

 

GRAVEMENTE ENFERMO

En mayo de 1922, sufrió un primer infarto cerebral, que lo dejó parcialmente paralizado en su lado derecho. Debió disminuir  su papel en el Gobierno.

La enfermedad de Lenin en mayo de 1922 redujo notablemente la actividad política de Nadiezhda Krupskaia.  Dejó gran parte de las tareas en el ministerio para acompañarlo en Gorki.  Su principal actividad política se limitó a ciertas visitas de centros educativos cercanos y la redacción de algunos artículos. 

Regresó a Moscú con Lenin el 2 de octubre y, durante las nueve semanas siguientes que precedieron al nuevo ataque de este, asistió a diversos congresos: de la Internacional Comunista, del Komsomol y otro de propagandistas. 

Lenin sufrió una nueva serie de infartos que limitaron su actividad política hasta la primavera de 1923. Los médicos recomendaron reposo total, pero Lenin deseaba continuar con la actividad política; Krúpskaya mantuvo una actitud vacilante entre los deseos de su marido de evitar su aislamiento político forzoso y los consejos médicos que lo recomendaban. 

Ante la insistencia de Lenin  por mantener cierta labor, colaboró en la redacción de sus últimos artículos, que en conjunto se conocen como el “Testamento de Lenin”. En estos trataba  diferentes temas como el de la  dirección colectiva en el Partido. En uno, dictado el 24 de diciembre de 1922, 

advertía sobre los peligros que involucraría poner a la cabeza del Partido  y del gobierno soviético a Stalin o Trotski. 

En mayo de 1923, luego de tener el tercer infarto, Lenin quedó postrado en cama, imposibilitado de hablar. 

Nadiezhda se encontraba junto a Lenin en el pueblo de Gorki, en la madrugada del 21 de enero de 1924, cuando éste  falleció tras un repentino empeoramiento de su estado después de semanas de mejoría.  La causa de su fallecimiento fue un infarto cerebral. 

El día anterior, Krúpskaya había acabado de leerle las conclusiones de la XIII Conferencia del Partido, que preocupaban a su esposo y que había tratado de mezclar con lecturas más ligeras. Antes, le había leído a novela del escritor estadounidense Jack London “Amor a la Vida”.


LA HERENCIA TEÓRICA  LENINISTA 

En los 35 años de labor teórica y práctica, entre 1888 y 1923, Lenin escribió más de 30 mil libros, folletos, cartas y documentos. Unos 9 mil de ellos figuran en los 55 tomos de su Obras Completas, editadas entre 1958 y 1965.

 

Citamos sólo algunas de sus obras:

“Sobre la cuestión de los mercados” (1893), 

“El desarrollo del capitalismo en Rusia” (1899), “Anarquismo y socialismo” (1901),

 “¿Qué hacer?” (1902), 

“Las tareas de la juventud revolucionaria” (1903), 

“Un paso adelante, dos atrás” (1904),

“Dos tácticas de la socialdemocracia en la Revolución Democrática” (1905),

“Materialismo y empiriocriticismo” (1908), 

“Carlos Marx” (1914),

“La quiebra de la Segunda Internacional” (1915),

“El imperialismo, etapa superior del capitalismo” (1915), 

“El programa militar de la revolución proletaria” (1916),

“El Estado y la Revolución” (1917), 

“La revolución proletaria y el renegado Kautsky” (1918), 

“La Tercera Internacional y su lugar en la historia” (1919), 

“El ‘izquierdismo’ enfermedad infantil del comunismo” (1920), 

“La crisis del Partido” (1921),

“Carta al Congreso” (1922), 

“Sobre las Cooperativas” (1923), 

“Nuestra Revolución” (1923), 

“Más vale poco y bueno” (1923).

 

 

LENIN EL DIRIGENTE 

Quienes militaron y trabajaron con él coinciden en señalar varias cualidades del líder ruso. 

A Lenin siempre le eran propios el realismo político y la capacidad de apreciar objetivamente la situación, ver todas las posibilidades que se ofrecían en tal o cual momento. El realismo político de Lenin permitía evitar el falso optimismo o pesimismo en los bruscos virajes de la historia.  Al sufrir derrotas no se dejaba llevar por el pesimismo e infundía confianza en los otros. Sabía extraer lecciones hasta de las batallas perdidas. 

En base al análisis científico de la realidad, Lenin elaboraba planes audaces de construcción de una nueva sociedad. Una gran eficacia caracterizaba también su actividad como estadista. Determinaba con extraordinaria rapidez las tareas más importantes del momento, pero  no olvidaba las secundarias. 

Lenin consideraba de enorme  trascendencia  la oportuna reacción del Partido ante los cambios de la situación política. 

El estilo leninista de trabajo y la propia personalidad de Lenin ha dejado una profunda huella en la conciencia de la humanidad y en la cultura.

 

LENIN, EL SER HUMANO 

Todos los que conocieron de cerca a Lenin destacan su excepcional modestia en los asuntos concernientes a su persona.  Después de ser herido en agosto de 1918 criticó el tono de las publicaciones aparecidas en los periódicos. Escribió: “Soy como los demás... Toda la vida luchamos, en el plano ideológico, contra la admiración excesiva de las virtudes de una sola persona, resolvimos ya hace mucho la cuestión de los héroes, ¡y he aquí otra vez el culto a la personalidad!”

 

El modo de vida de Lenin no se diferenciaba de la vida espartana de sus contemporáneos. 

“Lenin compartía todas las privaciones de aquellos días cuando escaseaba el combustible, las viviendas y hasta los alimentos”, recuerda G. Lausbury, uno de los dirigentes del partido laborista inglés que visitó la Rusia soviética. 

Lenin siempre se preocupaba de los demás. A pesar de sus muchas actividades diarias como estadista, encontraba tiempo para escribir centenares de recados, dar órdenes verbales para ayudar a unos y otros camaradas, de mandarles a descansar, a curarse, de proporcionarles viviendas, etc.

 

Lenin odiaba a las clases explotadoras, pero no tenía enemigos personales.


EL HEROÍSMO DE LENIN 

Máximo Gorki, el  gran intelectual ruso, tiene una obra llamada “Lenin en 1922”. En ella  escribió: 

“Su heroísmo, casi enteramente desprovisto de relumbrón exterior, la abnegación modesta, ascética, frecuente en el intelectual ruso, en el revolucionario que cree sinceramente en la posibilidad de la justicia sobre la tierra; era el heroísmo del hombre que ha renunciado a todas las alegrías del universo para trabajar duramente por la felicidad de los hombres”. 

“Cuando murió Lenin, reconocieron lealmente hasta sus más encarnizados enemigos que con él había perdido el mundo al hombre ‘que era la más viva encarnación del genio entre los grandes hombres contemporáneos’. 

“Para mí, Lenin, es un héroe de leyenda; es un hombre que ha arrancado de su pecho el corazón ardiente para alumbrar con su llama el camino que conducirá a los hombres lejos del abyecto caos contemporáneo.” 

  

 

NADIEZHDA KRUPSHKAYA DESPUÉS DE LA MUERTE DE LENIN

 

 


 

La muerte de Lenin, ocurrida apenas seis meses después de cumplirse los veinticinco años de matrimonio, afectó profundamente a Krúpskaya, privada de su compañero personal y guía político. Aunque no ambicionaba los principales puestos políticos, su convencimiento de ser la que mejor comprendía las ideas de Lenin, que consideraba cruciales para el triunfo del comunismo al que había dedicado su vida, le hizo entregarse a la política nacional.

Formalmente, Krúpskaya apoyó al régimen de Stalin y mantuvo una actividad pública intensa hasta su muerte en 1939. Acumuló gran número de cargos honoríficos. A pesar de que Krúpskaya permaneció en su apartamento del Kremlin, las relaciones con Stalin y su familia, que eran sus vecinos, fueron muy escasas. 

Se convirtió en la imagen de la abuela bondadosa de la revolución, con gran interés en los niños.  Principal referente del partido acerca de la liberación de la mujer  defendió los avances logrados en la Unión Soviética en la igualdad entre sexos. 

Convencida de la necesidad de estudiar la actividad de Lenin para continuar su obra, dedicó grandes esfuerzos a publicar diversas obras sobre él, siendo las mejores de entre ellas una serie de bosquejos sobre su persona que aparecieron primero en Pravda y Bolshevik entre 1925 y 1933 y más tarde como libro con el nombre de Recuerdos de Lenin. 

Ya anciana, comenzó a visitar más asiduamente diversos balnearios en el Cáucaso (en 1931, 1933 y 1937) y un sanatorio, frecuentado por antiguos revolucionarios y situado a las afueras de Moscú. Su círculo de relaciones se fue reduciendo a estos viejos camaradas y al personal del Ministerio de Educación, donde continuaba trabajando. 

El 24 de febrero de 1939, los bolcheviques veteranos le organizaron una fiesta por su inminente septuagésimo cumpleaños en Arjangelskoye, a donde había acudido a descansar. Esa misma noche, sin embargo, comenzó a sentirse indispuesta y fue rápidamente trasladada al hospital del Kremlin, donde perdió el conocimiento.  Despertó nuevamente la noche del día siguiente, afirmando su disposición a asistir al próximo congreso del partido, pero un embolismo abdominal, complicado con arterosclerosis, acabó con su vida 

Nadiezhda Krúpskaya  murió a las 6:15 a. m. del 27 de febrero de 1939 en Moscú,  un día después de haber cumplido setenta años de edad.

 

 


A 110 AÑOS DEL NACIMIENTO DE LENIN

 


Este artículo sobre Vladimir Ilich Lenin, fue escrito hace 54 años por la compañera Marta Ugarte, quién fuera miembro del Comité Central del Partido Comunista de Chile y Encargada Nacional de Educación. 

Hoy mas que nunca es necesario recordar dentro de las filas de nuestro Partido al decir de Marta Ugarte, a Lenin y la Teoría y práctica del leninismo. 

Boletín Rojo

 

 


CHILE SALUDO A LENIN


por Marta ugarte

Hace diez años, en la edición 135 de la revista PRINCIPIOS, órgano teórico y político del Comité Cen­tral del Partido Comunista de Chi­le, correspondiente a los meses de junio a septiembre de 1970, apare­ció el articulo que ahora reprodu­cimos, escrito por la entonces en­cargada nacional de educación del Partido e integrante de su Comité Central compañera Marta Ugarte. Es un articulo que reseña, precisamente, aquella parte de la celebración del centenario de Lenin que se cumplió entonces bajo la responsabilidad de la comisión del Comité Cen­tral encabezada por Marta Ugarte. Es una página de la historia del Partido que cobra actualidad, aho­ra, cuando en la clandestinidad se ha colocado, con ocasión del 110° aniversario del nacimiento de Le­nin, en primer plano el estudio de su obra. Marta Ugarte es una heroína de nuestro pueblo, cuyo marti­rio no será jamás olvidado. Este Artículo fue escrito por ella con su estilo inconfundible y al leerlo pareciera escucharla exponiendo el tema.

El 22 de abril de 1970 se ha convertido en fecha histórica, como una de las mas importantes para el mundo entero y en especial para e1 proletariado mundial, al cumplirse cien años del nacimiento del genial pensador, teórico del comunismo científico, ardiente revolucionario, conductor del primer Estado socialista: la Unión Soviética, el gran visionario del siglo XX, Vladimir Ilich Lenin.

El nombre de Lenin está íntimamente ligado a los de Marx y Engels. Lenin fue el continuador de las ideas del socialismo científico y un Fiel intérprete de las ideas fundamentales de la doctrina de Marx. Lenin vio en el marxismo la única teoría revolucionaria, estudió y enseño a la clase obrera los conocimientos necesarios para el triunfo y la liberación de la explotación del hombre por el hombre.

Los planteamientos teóricos hechos por Lenin, hace mas de 60 años, siguen siendo una guía para nuestra lucha diaria. En la época actual las ideas del marxismo-leninismo han sobrepasado todas las barreras sociales, han permitido que en el mundo se haya producido una pola­rización de las fuerzas sociales. Por un lado, los capitalistas, que representan la explotación del hombre por el hombre, la sociedad dividida en clases y el peligro constante de guerra. Por otro lado, estan las fuerzas del socialismo, encabezada por la Unión Soviética, que representa la liberación del hombre de la explotación; la pros­peridad, la igualdad de oportunidades para todo e1 pueblo y la paz.

Las ideas del socialismo ya no pueden ser desconocidas. Millones de seres humanos, los que a 53 años del triunfo de la primera Revolu­ción Socialista, caminan bajo las banderas del socialismo. Las ideas del comunismo constituyen una fuerza. Hoy en todos los países de América Latina y en casi la totalidad de los países del globo terrá­queo, existen los partidos comunistas, que, guiados por los princi­pios del marxismo-leninismo, han podido convertirse -como decía Le­nin- en las vanguardias de las luchas liberadoras de sus respecti­vos pueblos, en la lucha contra el enemigo principal: el imperialismo norteamericano, y contra la explotación de las clases dominantes internas.

Lenin, en nuestra época, se ha llegado a convertir en un personaje mundialmente conocido. Por más esfuerzos que haga la reacción naciónal e internacional por acallar y deformar la Obra de Lenin, no lo lograrán, se romperán mil veces los dientes, porque los hechos han demostrado en la practica que los problemas de la sociedad actual fueron estudiados por Lenin a fondo y en detalle, ya se trate de la orientación del desarrollo del imperialismo, o de la lucha de cla­ses en los países capitalistas. La Obra de Lenin es bastante exten­sa y ayuda a encontrar respuestas acertadas a todas las cuestiones planteadas desde el punto de vista teórico, filosófico, político y social, sirve de segura guía ideológica para todas las fuerzas revolucionarias llamadas a renovar el mundo sobre la base de los principíos del marxismo-leninismo.

Lenin y los comunistas chilenos

Por supuesto que los comunistas chilenos consideramos la Obra de Lenin como un guía para la acción y no un "dogma", como han pretendi­do hacer creer los reaccionarios de este país. El señor Jaime Castillo Velasco, ideólogo de la democracia cristiana, anticomunista de tomo y lomo, sostiene que los comunistas consideramos a Lenin como un Dios, que se ha creado un mito, un culto a la personalidad de Lenin. Ni una cosa ni otra. Lo consideramos como un gran visionario que supo mirar con perspectivas el futuro de la humanidad, que ayu­dó al proletariado mundial a hacerle comprender, a través de la teoría ligada a la práctica, cuales eran sus enemigos y cuáles sus verdaderos amigos. Lo admiramos porque fue capaz de conducir al proletariado al triunfo de la primera Revolución Socialista. Lenin nos ha dejado un legado extraordinariamente valioso, que en ningún ins­tante podríamos subestimar, como lo han tenido que reconocer hasta aquellos que no son comunistas, menos los "momios" , que a principios de siglo vociferaron a los cuatro vientos en contra del triunfo de la clase obrera y campesina en la Rusia zarista,

Los reaccionarios odian a los comunistas, porque nuestro partido ha sido capaz de enfrentarlos, junto a la clase obrera y el pueblo, guiados por los principios leninistas. Esto a los reaccionarios les duele, y de ahí es que organizado el Partido Comunista de Chile -antes se llamó Partido Obrero Socialista- ambos fundados por el esclarecído revolucionario y guía del proletariado chileno, Luis Emilio Recabarren, los liberales y conservadores de aquel tiempo trataron por todos los medios de terminar con estos "revoltosos" como ellos nos llamaban. Esto no ha sido posible porque el Partido Comunista se ha enraizado en el pueblo mismo, y cuando han pretendido dejarnos fue­ra de la Ley, no lo han logrado sino temporalmente. Porque el Partido está metido en el corazón del pueblo, es un Partido que en la vida nacional tiene peso político y su actuación es decisiva. Los reaccionarios, en su desesperación, han pretendido, con motivo del Cen­tenario de Lenin, desprestigiarlo, aminorar su valor a través de afiches, haciéndolo aparecer como sinónimo de la violencia. Todo es­to ligado al momento político que se vive, en vísperas de una elec­ción presidencial, tratando de sacar provecho electoral.

Lenin los "ultraizquierdistas"

De otro lado, están las posiciones "ultraizquierdistas" que, deseando aparecer más "teóricos" y más "revolucionarios", deforman la esencia misma de la obra de Lenin. En 1920, en su obra "El 'izquierdismo' enfermedad infantil en el comunismo" analizaba que papel jue­gan éstos y los condenaba por su inmadurez por su precipitación por alcanzar la revolución. Quieren que surja la revolución de la noche a la mañana sin tener en cuenta, como decía Lenin, que para que la revolución pueda triunfar, el partido tiene que ganarse el con­vencimiento de la mayoría de la clase obrera, el cual se obtiene a través de la propia experiencia de ésta, guiada por el partido de vanguardia .

Además, desarrolló la teoría acerca del triunfo del socialismo en un solo país, tesis nueva en el desarrollo del marxismo. Mostró a la clase obrera que el socialismo no era una meta lejana, sino que estaba al alcance inmediato de la clase revolucionaria de cualquier país capitalista dispuesta a tomarse el poder del Estado, siempre que surgiesen las necesarias premisas objetivas y subjetivas.

Por eso que al considerar el problema acerca de cómo llegar al poder, los comunistas chilenos tenemos presente, en primer lugar, las condiciones reales de Chile; tratamos de ser, como decía Lenin, un Partido que verdaderamente se identifique con los intereses de la clase obrera y el pueblo, que sea su vanguardia cumpla con el papel movílizador y orientador, guiándose en sus actividades por la teoría revolucionaria marxista-leninista que permite a los comunistas ela­borar un programa científico de lucha por la transformación económi­ca, política y social de la sociedad mediante métodos revolucionarios.

Tenemos que agregar que Lenin no solo vio como salida necesaria o como único método revolucionario el triunfo de la revolución con las armas en las manos, sino que señaló diferentes formas de lucha y organización, y recomendó aprovechar todas las posibilidades, las co­yunturas legales e ilegales que ayudan a desarrollar a un alto ni­vel la lucha de mnsas.

Ademas, a los "revolucionarios precipitados", que todo lo quieren hacer de la noche a la mañana, siempre habrá que recordarles "que no hay teoría revolucionaria sin práctica revolucionaria", o sea, que hay que ligar la teoría a la práctica. No se puede idealizar la revolución precipitándola. No se puede hacer tabla rasa de las caracte­rísticas, de la situación política y de la correlación de fuerzas de cada país.

El Centenario de Lenin, para los comunistas chilenos, ha tenido un alto significado y sus ideas tienen amplia difusión en la vida na­cional. Su nombre está ligado a amplios sectores de la población. En el mes de abril, el Partido Comunista de Chile realizó una jornada de educación, donde se tuvieron presente temas escritos por Lenin y que en la actualidad tienen plena vigencia como: "¿Qué hacer?", donde se plantea la necesidad de tener un partido de nuevo tipo; "El 'izquierdismo' enfermedad infantil en el comunismo"; la posición del Partido sobre la religión; Lenin y la participación de la mujer, el libro "La emancipación de la mujer"; Lenin y la juventud, Lenin y la clase obrera, Lenin y el problema campesino.

Al realizar esta jornada se tuvo presente, en la planificación pre­via hecha en los meses de enero, febrero y marzo, no sólo la actividad del Partido sino también la de otros sectores, como obreros de la industria y de la mina, campesinos, estudiantes, mujeres, intelectuales, artistas, capas medias de la población, profesionales. Podemos decir que el mes de abril, para los chilenos, fue un verdade­ro acontecimiento, que impactó a todos los sectores ya señalados. Con la participación masiva, en los actos que se realizaron, intervinieron desde católicos y evangélicos hasta marxistas, lo que indica que no hubo barreras religiosas ni sectarismos, lo que permitió de­mostrar que los marxistas-leninistas no luchan contra la religión, sino contra un régimen social y político. Permitió demostrar, a través de las charlas y de los foros que se realizaron , que no se trata de una lucha entre creyentes y no creyentes. Quedó demostrado que ambos tienen los mismos problemas y por lo tanto deban unirse para enfrentar una lucha en común contra el imperialismo, contra la explotación, contra el latifundio, contra los monopolios.

Diálogo con los religiosos

Hay un hecho que demuestra cómo se llegó a interesar a sectores re­presentativos de la Iglesia. En la iglesia Santa Catalina de Ñuñoa se realizó un acto público donde se repletó el local y se dictó una charla. Al final de ella se desarrolló un foro donde participaron los asistentes, sobre la vida de Lenin, la vida en la Unión Soviética y la opinión de los comunistas sobre la religión.

En los actos que se realizaron a través del país, cabe destacar la intervención de la clase obrera, sobre todo en los centros mineros, donde hubo entusiasmo y un alto porcentajes de asistentes como lo de muestran los efectuados en Lota, Coronel, Curanilahue, la Disputada de Las Condes, Cerro Blanco de Polpaico, Central El Toro de Rayenco, los mineros salitreros de Iquique, en Tierra Amarilla, Tocopilla, María Elena, en CHILECTRA, Compañía de Teléfonos, Sindicato Industrial Lebu, Sindicato Shif, Sindicato Metalúrgico de Temuco, Cerro Negro de Cabildo. Los campesinos realizaron actos donde se contó con la participación destacada de mapuches y se habló de Lenin y el problema campesino y de las minorías nacionales. Estas charlas tuvieron buena acogida, se realizaron en los Sindicatos Agrícolas de San Vi­cente, los Sindicatos Agrícolas de Las Cabras en O'Higgins; en el Asentamiento de Santa Inés de La Calera; en la Plaza de La Ligua,con una numerosa concurrencia de campesinos y mineros; en la Hacienda Las Canteras de Bio-Bio; en el local de la Federación Campesina de Victoria, con mayoría de asistentes mapuches; en Loncoche; en el Sindicato Campesino; en Canela de Mincha; San Javier, Parral.

En las poblaciones también se realizaron actos masivos con gran cantidad de participantes, sobre todo mujeres. Hubo actos que fueron auspiciados por Juntas de Vecinos. Para señalar un ejemplo, en la Poblacíón Santa Teresa de Cuarta Comuna de Santiago, el acto se realizó en el local de los pobladores; en la Población La Victoria, de la Comuna de San Miguel, se realizó una jornada destinada, a Lenin; en Arica también se realizaron actos en todas las poblaciones que allí existen, donde además se exhibieron exposiciones y películas.

Las juventudes estuvieron presente con mucho relieve en el sector de estudiantes, quienes, por ejemplo, realizaron investigaciones sobre la vida y obra de Lenin; incluso en algunos establecimientos educacionales los maestros les dieron la tarea de estudiar algunas obras de Lenin. Hay que resaltar las charlas que se dictaron en li­ceos como el de Los Andes, en el Instituto Comercial,como la acti­vidad de la totalidad del estudiantado y profesores; en Iquique, donde dieron charlas los sextos años del Liceo de Niñas y además, en el mismo establecimiento, se realizó un acto solemne con la participación del alumnado y profesores; en Rancagua una charla para los cuartos, quintos y sextos años del Liceo de Hombres; en La Serena se realizó un acto en el teatro del Liceo, donde estuvieron, ademas,otros sectores de la población; en Rio Negro, de la provincia de Osorno, se llevó a efecto un concurso con el nombre de "El rostro de Lenin", con la presencia de estudiantes, obreros, campesinos y empleados. El concurso consistía en pintar el Rostro de Lenin, en un tamaño de 33 por 22 centímetros, realizado con lápiz de mina o carbón. Esta com­petencia tuvo buena acogida y a ella se dieron cita mas de 50 personas, entre ellas varios estudiantes del Liceo. En este acto competítivo no intervinieron profesionales en la materia, sino aficionados de los sectores ya señalados. Los premios fueron: Primer Premio, una Colección de Estampillas de la Unión Soviética y de Cuba;premios de estímulos: libros de Lenin, discos, banderines. El acto final, donde se hizo entrega de los premios de este concurso, se realizó en el Centro Campesino Camilo Cienfuegos,

Otra experiencia importante la constituye un concurso de dibujos sobre Lenin y la Unión Soviética, en el cual hubo participación de unos 2O niños de la Población Víctor Domingo Silva, de San Miguel con bastante entusiasmo y buenos resultados.

Estuvieron presente las universidades

Las Universidades de Chile y Católica de Santiago, Católica de Val­paraíso, Santa María de Valparaíso, Chile de Antofagasta, Universi­dad del Norte de Antofagasta, la Chile de Iquique, la Técnica de La Serena, la técnica de Santiago organizaron jornadas de un elevado contenido y con la concurrencia de estudiantes universitarios y profesores. En la Federación de Estudiantes de Chile se montó una exposición de la Célula de Periodistas Comunistas Julius Fucik, que re­gistró la visita de diez mil personas.

Las Juventudes Comunistas se hicieron presente realizando escuelas a nivel nacional con temas de la Obra de Lenin y sobre la Vida de Lenin. Las muchachas comunistas allí estuvieron con una escuela feme­nina con el nombre de "Alicia Ramírez"; las Brigadas de Educación Ricardo Fonseca montaron una escuela campesina de jóvenes que vinieron de zonas agrarias y escuelas masivas como las vespertinas en Santiago, Valparaíso e Iquique. En la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile, en Santiago, los alumnos se mostraron interesados por conocer el pensamiento de Lenin y se realizó un ciclo de charlas: Lenin y el Arte, Lenin y la historia del movimiento obrero. Formas leninistas del partido y Programa de la unidad Popular.

Además, habría que destacar el trabajo de popularización a través de los rayados gigantes que realizaron los jóvenes comunistas en las riberas del río Mapocho y otros lugares donde visiblemente se podía" leer: "Sin teoría revolucionaria no hay práctica revolucionaria".

"Su teoría es invencible porque es justa", "Homenaje al Centenario de Lenin", etc.

Hay otros actos que formaron parte de esta conmemoración, como las sesiones especiales en las Municipalidades y homenajes que se realizaron en ellas desde Arica a Magallanes, con la presencia de autoridades de las comunas. En la Municipalidad de Magallanes, por ejem­plo, se realizó una sesión solemne a la cual se dieron cita todos los Regidores, de distintas tendencias ideológicas. La intervención de fondo fue la del regidor comunista Luis Godoy. Esta fue escucha­da con respeto y atención, y obtuvo la resolución de imprimirla para luego ser distribuida como material de estudio en los establecimientos educacionales.

El Partido Comunista, primer actor

El partido Comunista fue el principal actor de estos homenajes en los diferentes niveles. Además, el Partido organizó veladas masivas en teatros, gimnasios y plazas, donde se proyectaron películas y exhibieron exposiciones con fotografías sobre Lenin, mostrando la vi­da en la Unión Soviética y demás países socialistas. Se realizaron 95, a las cuales asistieron miles de personas.

El 22 de abril en el Teatro Caupolicán, de Santiago, se puso el broche de oro a las jornadas leninistas. Debemos agregar los mítines en las poblaciones en cada una de las células, que se dieron la ta­rea de hacer reuniones abiertas con invitación a los amigos e inte­grantes de la Unidad Popular, las reuniones solemnes de células,donde paralelamente se estudió el Programa de la Unidad Popular. Ade­mas, funcionaron escuelas femeninas regionales en Santiago e Ínter-regionales en Antofagasta, Valparaíso y Concepción donde uno de los temas centrales fue Lenin y la Participación de la Mujer; el funciónamiento de una escuela elemental para orientadores mapuches en Temuco; cursillos elementales de estructura orgánica en diferentes regionales.

Todo eso complementado con el material que se entregó a las células y comités locales para ayudar a la mejor comprensión, conocimiento y divulgación de lo que significó y significa Lenin para el movimiento popular chileno. Se imprimió una biografía ilustrada, sencilla, que se hizo llegar especialmente a los nuevos militantes, sobre to­do al campesinado y los sectores de industrias y poblaciones; un disco con una breve síntesis de la vida de Lenin, guiones que se hicieron con temas como: Lenin y la participación de la mujer, Lenin y el problema sindical; trabajos como la Herencia de Lenin en la lucha contra el Ultraizquierdismo; Lenin y el filósofo, Lenin y las Minorías Nacionales, Lenin y la juventud, etc; todos estos, temas ligados a nuestra realidad.

Todo este material ayudó al desarrollo del mes de la educación que el Partido Comunista de Chile realizó con motivo del Centenario de Lenin. Jugó un papel importante la exhibición de películas a través del país y la venta de literatura. Para ilustrar esto sólo señalaremos un caso: en la exposición de fotografías que se montó en la Alameda, que contó con el auspicio de la Ilustre Municipalidad de San­tiago, la Unesco y la Primera Comuna del Partido Comunista, se ven­dieron durante una semana E° 4.000 en libros de Lenin, afiches y banderines. Esto demuestra que hay interés por conocer las obras de Lenin; también se dieron casos de venta de literatura en otras provincias.

La iniciativa de los Comités Regionales, Comités Locales y células hay que realzarla. Por ejemplo, la célula Ho Chi Minh propuso hacer la estampilla del Centenario de Lenin. Casi todos los organismos partidarios elaboraron sus propios afiches y volantes. El C.R.de La Calera, a través de una carta, dio a conocer el significado del Centenario y, lo que es más valioso, la distribuyó casa por casa. Ade­más, como medio de difusión, se contó con audiciones radiales auspiciadas por diversos Comités Regionales. El partido Comunista de Iquique mostró orgulloso en tamaño muy grande el retrato de la figu­ra inconfundible del Gran Lenin.

Asi se desarrollaron en Chile las jornadas leninistas. El Partido Comunista de Chile tratará, cada día, de ser más leninista.

 

Publicado en: Boletín del Exterior Partido Comunista de Chile Nº41

mayo - junio 1980 - páginas 25 al 32.

 

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A 110 AÑOS DEL NACIMIENTO DE LENIN

 

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